Evidencias embriológicas
Se basan en el estudio comparado del desarrollo embrionario de distintas especien. Se observan semejanzas que van desapareciendo según avanza el proceso. Por ejemplo, todos los vertebrados presentan arcos branquiales y cola cuando son embriones. A medida que se van desarrollando, algunos animales conservan esta estructuras y otros las pierden.
Evidencias moleculares
Se fundamentan en que las mutaciones suceden a un ritmo constante. A partir de las diferencias entre los genes de dos especies o grupos es posible conocer su parentesco y el momento en el que se separaron. Cuanto más parecidas sean dos especies a nivel molecular, mayor será el parentesco evolutivo y viceversa. Por ejemplo, el ser humano y el ratón tienen aproximadamente 80 % de genes idénticos. Este porcentajes una prueba de que somos ramas de un mismo árbol evolutivo.
Las evidencias biogeográficas
Se basan en el estudio de la distribución geográfica de las especies. La teoría de la evolución señala que los organismos que habitan juntos en una determinada área evolucionan de manera similar, pero cuando ciertas poblaciones quedan aisladas, tienden a evolucionar hacia formas diferentes. Por ejemplo, existen osos tanto en América del Sur como en Asia y África, pero, por la distancia, evolucionaron de manera independiente.
Evidencias bioquímicas
Los componentes moleculares que constituyen a los seres vivos son muy similares. Tanto en las bacterias como en los pluricelulares, la información está expresada en el ADN que se traduce en proteínas formadas por los mismos aminoácidos. La unidad de las estructuras moleculares nos indica la existencia de ancestros comunes. Sabemos que el ADN contiene la información sobre la historia evolutiva de un organismo debido a que los genes mutan. Entonces, comparando las cadenas de ADN o de proteínas de dos especies, se puede deducir la distancia evolutiva entre ambas.
Divierte aprendiendo
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